Caliente, húmeda, salvaje.
Tan inmensamente bella, tan intensa.
Desde que te vi me cautivaste, me enamoraste;
me invitaste a penetrar a lo más profundo de tu ser.
Develaste para mi lugares escondidos,
mágicos espacios que me gusta recorrer.
Me encanta perderme en tus entrañas,
subir tus colinas, caminar apacible por tus valles.
Beber el agua que reposa entre tus hojas.
Comer tus frutos y saciarme en tus manjares.
Selva caliente, húmeda, salvaje,
¿qué futuro tienes tú con hombres como yo
que osamos mancillarte?
Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
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